lunes, 11 de julio de 2005

La medicina, al igual que la literatura, también es un arte

Debido a las diferentes responsabilidades que le ha tocado asumir a este profesional, a lo largo de su carrera, pudo conocer de cerca el problema del Sida, estableciendo contanto directo con personas afectadas por esta enfermedad. Estas experiencias lo motivaron a escribir una breve novela, con la esperanza de aportar algo en la difícil lucha contra esta terrible epidemia.

El doctor Eduardo Bastías Guzmán, jefe de carrera de la Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar, nació el 25 de diciembre de 1936 en la ciudad de Valparaíso, donde desde niño recorría sus cerros descubriendo nuevos senderos en los recorridos que hacía desde su casa, en el Cerro Bellavista, hasta Independencia, cerca del Parque Italia. Su amor por esa ciudad lo ha llevado a incorporarla en sus escritos, no como un mero ambiente, sino más bien como un verdadero personaje. Ejemplo claro de ello es su novela, Dónde vuelan los Cóndores.

Siendo muy pequeño, en el colegio de los Sagrados Corazones (Padres Franceses) adquirió el interés por la literatura, llegando incluso a presidir la Academia Literaria del establecimiento, donde los jóvenes daban lectura y comentaban sus creaciones con la asesoría de un maestro.

Estudió medicina en la Universidad de Chile, porque no existía, en ese tiempo, Escuela de Medicina en Valparaíso. Se especializó en medicina interna en el Hospital El Salvador de Santiago y, más tarde, en cardiología en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso.

Se interesó por esta especialidad, porque le tocó buscarla en un período en que la cardiología estaba viviendo un boom. Habían técnicas nuevas de diagnósticos, por lo que era una de las partes más atractivas que habían dentro la medicina.

Fue jefe de cardiología en el Hospital Naval y, entre 1976 y 1980, se fue a especializar en medicina intensiva a la ciudad alemana de Bielefeld. Durante esos cuatro años trabajó en rescate médico, haciendo turnos en ambulancia y helicóptero. Como él mismo reconoce, “era algo sumamente entretenido”.

Al volver le ofrecieron la jefatura del la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Gustavo Fricke (HGF), recinto al que llegó con todos estos nuevos conocimientos. De medicina intensiva, pasó a jefe de medicina interna, luego a subdirector del hospital y, más tarde, a director.

Como médico jefe del Servicio de Medicina Interna del HGF, conoció a los primeros pacientes con Sida que llegaron al establecimiento, lo que motivó su interés en contribuir a prevenir esta temible epidemia.

Más tarde, regresó a medicina interna hasta que se retiró del sistema público. Se trasladó a la medicina privada hasta diciembre del año 2004, cuando le ofrecieron la jefatura de carrera de la nueva Escuela de Medicina de la Universidad Andrés Bello.

En esta oportunidad, el doctor Bastías ha querido compartir con nosotros su pasión por la cardiología, la docencia y la literatura.

- Doctor, dentro de la especialidad cardiológica, a qué se ha dedicado Ud. en estos últimos años
- En cardiología yo me he dedicado a parte clínica, es decir, no instrumental. Y dentro de ella a la cardiología preventiva, sobre todo a la corrección de hipertensión arterial y colesterol. Pertenezco la International Lipid Information Bureau (ILIB), organización internacional que cuenta con un comité chileno de 12 médicos especializados en la materia de los lípidos, por lo que me toca mucha actividad académica. Mi especialidad ha sido la prevención y, esencialmente, la parte colesterol, que es un tema que en el mundo ha resurgido desde los años ‘70. A pesar que desde los ‘50 se sabía la importancia, pocos lo habían ponderado y recién se ha centrado la atención en el colesterol, porque hoy se disponen de medicamentos efectivos para corregirlo.

- En este contexto, ¿cómo cree que ha evolucionado la especialidad?
- Con más de cuarenta años en esto me ha tocado pasar por diferentes etapas. Viví la cardiología hecha a mano, cuando habían muy pocos elementos para desarrollarla: la electocardiografía, el electrocardiograma y la radiografía eran nuestro apoyo. Después, con el tiempo, se incorporó la hemodinamia que abrió nuevos horizontes, por ejemplo, en mis tiempos iniciales, la persona que tenía un infarto estaba condenada a esperar que le diera esta patología y después venía el mes de reposo luego del accidente, si es que sobrevivía. En cambio hoy, ha cambiado el pronóstico en forma milagrosa. Es admirable cuando uno diagnostica a un paciente, lo interviene con estos procedimientos invasivos, pero menores, y la persona a los dos días está en su casa y sano. Por otro lado, se ha avanzado muchísimo en el diagnóstico no invasivo. La ecocardiografía nos muestra el corazón por dentro, antes uno lo oscultaba en los ruidos y veía los electrocardiogramas externos por la piel, donde va la corriente eléctrica. Hoy día la ecografía te penetra, la visión que tenemos del corazón es también un avance impresionante.

- Este desarrollo es sólo tecnológico o Ud. observa otros avances
- Ahora existen medicamentos protectores y correctores de los factores de riesgo fuertes y poderosos, lo que produce un cambio en el pronóstico del paciente. Antiguamente a quien se le diagnosticaba una enfermedad, inmediatamente venía la cuenta regresiva de sobrevida limitada. Hoy día se abre un futuro indefinido, en tal forma que yo digo que hace 20 años tener un infarto era sinónimo de mala suerte, hoy día tenerlo es ser irresponsable, porque depende de nosotros el eliminar los factores de riego.

- Sabemos que Ud. se ha dedicado por largos años a la docencia, nos podría contar cómo llegó a la jefatura de la carrera de Medicina de la Universidad Andrés Bello
- La Universidad Andrés Bello en Viña del Mar contaba con la Facultad de Ciencias de la Salud que tenía Enfermería, Kinesiología, Tecnología Médica y la Facultad de Odontología muy relacionada. Entonces, existían los departamentos de matemática, física, química y biología, de modo que crear la Escuela de Medicina era el paso final, solamente se esperaba el momento de madurez necesario. Yo siempre tuve la inquietud de que en nuestro país existiera una Escuela de Medicina que renovara y modernizara su malla curricular, para formar a un médico con un perfil adecuado a lo que hoy día el país y la salud necesitan

- Y ¿cuál es ese perfil?
- Es un médico con sólidas bases en ciencias básicas. Al mismo tiempo, tiene que ser un médico integral, en el sentido de tener una formación que lo capacite a atender las urgencias y situaciones vitales. Con una capacidad de aprendizaje desarrollada que le permita, una vez egresado, seguir perfeccionándose. Y todo esto dentro de un ambiente ético y humanista que debe primar en la formación de un médico, que hoy podría hasta formarse por internet, pero eso le enseñaría a ser médico, pero no a cómo serlo, aspecto que sólo se lo pueden enseñar sus monitores y la experiencia.

- Doctor, ¿cuál es el sello personal que le gustaría imprimir en sus alumnos?
- Si tuviese que imprimir un sello personal sería la apertura, es decir, esto que no sólo sea un trabajo en equipo sino que sea armónico. La idea es que el alumno no se forme solo, sino que dentro de un curso en el cual sean casi una familia y que esta comunicación se transmita entre docentes y alumnos. Además, yo siempre he pensado que el médico tiene que ir más allá de la medicina, tiene que ser un profesional integral, humanista, orientado a las artes, porque la medicina también es un arte y la formación integral va mas allá de los conocimientos médicos, debe formar a la persona.

Dónde Vuelan los Cóndores

La vocación literaria del doctor Bastías lo llevó a imaginar, mientras trabajaba con pacientes de Sida en el Hospital Gustavo Fricke, una historia de ficción, que da a conocer a la juventud el drama íntimo de las personas que sufren esta enfermedad. De este modo se transformó en el creador, en nuestro medio, de la novela didáctica, nuevo estilo de narrativa en la que no se entregan normas ni recomendaciones, ya que las enseñanzas son las conclusiones que el propio lector saca de la obra.

Su novela, Dónde vuelan los Cóndores, tuvo dos ediciones privadas en 1993 y 1994 las que fueron distribuidas en establecimientos escolares e instituciones. En 1995 la Editorial Andrés Bello publicó su primera edición de 5.000 ejemplares. A contar de esa fecha le han sucedido otras 14 y más de 80.000 copias. El año pasado, apareció una edición hecha por el diario La Tercera publicada en la Biblioteca Escolar Icarito, donde compartió publicación con diferentes autores de renombre como Antoine de Saint-Exupéry, Julio Verne, Dante Aligheri, Mark Twain y Oscar Wilde, por nombrar algunos de los 19 restantes escritores.

Este libro se ha transformado en lectura recomendada en gran número de colegios y liceos. Ha sido invitado a establecimientos educacionales en todo Chile para dar conferencias con escolares y profesores sobre esta temática.

La novela didáctica es breve, pero tiene el gran valor de tratar, de manera simple, un problema social: el sida. Sus protagonistas son personajes ficticios, quienes a través de las páginas se van cargando de humanidad que, en su conjunto, entregan un mensaje realista y esperanzador.

- ¿Cuándo decidió escribir este libro?
- En 1991 empecé a escribir la novela. Me debo haber demorado unos seis meses en escribirla y un año y medio en corregirla. Además de que yo no tenía la experiencia de lo que era escribir una novela y tampoco seguí un curso o un taller de literatura, sino que en base a mi afición y a cuentos que yo había escrito, descubrí la diferencia que hay entre una novela y un cuento. Mientras en el cuento el tema el personaje central, en las novelas la trama se centra en las personas. En un cuento el personaje puede tener una personalidad definida o fuerte, pero no es tan necesario porque el tema predomina, en cambio en las novelas las personas tienen que tener identidades muy fuertes y, además, al escribirla el autor se tiene que ir identificando con cada uno de sus personajes.

- Sabemos que es una ficción centrada en la vida de una joven infectada con el virus del sida, pero dentro de esa fantasía tienen que haber cosas verdaderas…
- No, es decir, lo verdadero es lo que sucede a diario con las personas en circunstancias reales, pero toda la trama es de ficción. El libro tiene varios trucos para que la gente lo lea: la letra no es chica; la extensión no es tan larga; está separado con capítulos, con títulos atractivos. En ella hay tres narradores, uno principal y dos protagonistas que se van interrelacionando. No tiene el recurso literario de las traslaciones de tiempo, porque te distraen en cuanto al seguimiento y tiende a complicar, o sea, es lineal, parte y sigue hasta que termina. Eso hace que la lectura sea más rápida. La historia ocurre en Valparaíso, la niña estudia en la Universidad Santa María. Se interrelaciona con gente conocida como el padre Baldo Santi, de repente aparece citado don Francisco, la idea es crear una atmósfera de realidad, de manera que al lector le de la impresión de que esta niña existió. Algo familiar y cercano.

- Y por qué se llama Dónde vuelan los Cóndores
- Esa es la primera pregunta que me hacen y la respuesta es "léelo hasta al final y vas a saber".

-Tenemos entendido que posee en carpeta dos novelas más, ¿cuál es la temática de esas obras?
- Una de ellas es una biografía de un personaje de la Historia de Chile, que narra sus memorias y decide hacerlo, porque ahora cuenta con computador que en su época no existían. También es un libro didáctico. El otro es muy interesante, es sobre un hecho real que ocurrió en Valparaíso y Santiago en 1850. Cuenta la historia de una muchacha de 16 años de edad que fue poseída por el demonio y fue llevada a Santiago y hospitalizada en el Hospicio. El hecho es real y esta documentado con lo que se publicó en la época. Lo que hago yo ahí es darle una narrativa de recreación de la época histórica, con aportes de ficciones necesarios para ensalzar un poco más la historia.

- Para terminar, cuéntenos ¿cómo logra compatibilizar la escritura, la docencia y la medicina?
- Yo creo que forma parte de mi personalidad, porque no concibo los espacios libres, si los tengo busco como llenarlos. Si uno se ordena en sus actividades tiene tiempo para hacerlas todas. Entonces logro compatibilizar todas mis ocupaciones en base a un orden, a una programación. Además que no están tan distantes, porque todas mis inquietudes están muy ligadas unas con otras.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno su libro....lo lei me lo dieron en el colegio es muy bueno...encuentro muy bueno que trate de contribuir a la prevencion del sida...gracias por su ayuda...yo no tengo sida pero igualo..gracias...

Carla Hurtado
temuco
colegio.....malo...en fin...
gracias...en nombre de Chile

Anónimo dijo...

ahh...y voy a hacer un trabajo sobre ud...cualquier informacion que tengo por favor al corre

lanna_moon@hotmail.com
o.. x_rexha@hotmail.com

gracias

Anónimo dijo...

Hola!!!
me llamo Pablo y este año me tocó leer el libro "Donde Vuelan los Cóndores"
el libro es muy bueno y me hizo reflexionar; lo felicito porque me dejó una enseñanza muy importante y yo creo que todos los jovenes deberían leer este libro, que además no es demasiado largo y se puede leer facilmente en 2 horas o menos, a mi me gusta leer, asi que he leido muchos libros.
De nuevo lo felicito por hacer un libro tan interesante...

Anónimo dijo...

felicidades por el libro es muy bueno y ase reflexionar mucho sobre como debieran pensar todos acerca de las diferentes enfermedades no solo el sida y también como afecta a otros que lo padesen si uno los menosprecia me toco leerlo y encuentro que es muy bueno...... felicidades nuevamente...

Anónimo dijo...

bueno este hombre iso un libro muy buenisimo que fue donde vuelan los condores pero muy buena la historia

la adoro por ke a mi me paso lo mismo ke dise el libro
gracias

Yasna Alvarez Morales dijo...

Yasna Alvarez Morales
Profesora de Lenguaje, enseñanza media.
Hace diez años practico la docencia en distinos establecimientos.
Descubrí el libro: Dónde vuelan los cóndores en el año 2004 y, desde entonces, lo hago leer a los jóvenes de primeros medios.Esta lectura la hago posterior a la de otro texto para complementar; los niños quedan impactados y fascinados.
Este libro es una forma didáctica de enseñarles a los alumnos sobre la responsabilidad de sus actos emocionales y sexuales.
¡¡¡Felicitaciones, me encanta la obra!!!

Anónimo dijo...

Felicitaciones Gran Doctor: Su novela es sin duda de gran aporte a la sociedad de hoy en día, donde nosotros los jovenes estamos expuestos a este tipo de enfermedades, por falta de educación. Tambien soy amanete de la ciudad de Valparaíso, ya que viví ahí un año, y la verdad que el libro me hizo recordar mis momentos de pensionista universitaria. Muchos Saludos y un abrazo .