domingo, 21 de julio de 2019

VIH-SIDA en Chile y la falta de un programa integral de prevención

Chile ocupa el décimo puesto a nivel mundial en contagio de VIH. Algo está mal en lo que corresponde a una sexualidad libre pero responsable. Lo que se requiere es un programa integral de prevención del riesgo juvenil.

 

Fotografía de la Fuerza Aérea de EE.UU. por Curt Beach
No es sorpresivo el informe de ONU-Sida sobre el estado del contagio VIH-Sida en Chile. Sabíamos que encabezamos en Latinoamérica el porcentaje de nuevos casos, lejos de nuestros países vecinos. Tampoco debiese asombrarnos que futuras  estadísticas muestren mayor aumento, porque la actual curva de crecimiento es logarítmica y no se detendrá con dos o más medidas preventivas. Más preocupante es que ocupamos el lugar número diez a nivel mundial y posiblemente  en el 2020 superemos nuestra ubicación en el ranking.

¿Qué hemos hecho mal? Campañas publicitarias anuales, la primera sin mención del condón, las siguientes centradas en el condón. En los años 2014 y 2016 no hubo campañas por incumplimiento de los estándares. Según encuesta de la Universidad de Chile, el porcentaje de quienes usan condón alcanza solo a un 19,3%. Cabe preguntarnos si la fidelidad de pareja juega algún rol y según la misma encuesta el 27,6 % ha tenido más de cuatro parejas sexuales en un año.

Algo está mal en lo que corresponde a una sexualidad libre pero responsable. La siguiente pregunta es ¿en qué condiciones se realizan las relaciones sexuales en nuestra población? Y la encuesta dice que en un 50,5% bajo influencia de la marihuana y en un 58% bajo acción del alcohol. Con lo señalado  queda claro que el contagio con VIH es un problema más complejo que cómo se ha abordado hasta la fecha. Lo que se requiere es un “programa integral de prevención del riesgo juvenil”, con objetivos, estrategias, evaluaciones y correcciones. No sólo lograríamos  controlar el contagio VIH, sino, además  liberarnos de la condición de líderes en consumo de drogas y alcoholismo.

Se requiere que desde el Congreso o desde el Ejecutivo nazca  una instancia para elaboración y desarrollo de un programa integrado  por los ministerios de educación y salud y las sociedades científicas, promoviendo la participación activa de las familias. La meta no es frenar sino disminuir la curva de nuevos contagios y de factores asociados, para real protección de la infancia como corresponde a un país con miras al desarrollo.

Dr. Eduardo Bastías Guzmán
Academia Chilena de Medicina

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