Se sentó en su sillón favorito y se dispuso a disfrutar
un whisky con hielo. A su memoria acudieron
diversas imágenes dormidas en un
portafolio. Pensó en que la vida es un
trayecto que se desliza por recovecos imprevistos. Meditó sobre lo que pudo
haber sido su trayectoria, si en algunas
de las disyuntivas hubiese seguido un rumbo diferente. Se dijo que había
sobrevivido más allá de lo esperado. Miró el vaso en su mano y ya no había
hielo. Sorbió el resto de whisky diluido y reposó la mirada lenta en un lecho
de nubes. Se quedó dormido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario